¿Qué puede decirse del ensayo de Verdu que no haya dicho ya
el mismo acerca de la globalización americanizada? ¿Qué mas queda por criticar
de McDonald's o Starbucks que no se haya dicho ya? Mas aun ¿Cómo criticar una
globalización de la que somos parte lo queramos o no? ¿Con que cara podemos
criticar la americanización si gustosamente consumimos sus deportes, libros,
películas y todo lo que nos lancen a nosotros? ¿Tan siquiera es posible hacer
critica?
La respuesta yo creo que es si, siempre y cuando paguemos el
precio de aceptar nuestra hipocresía (por mas pequeña que sea). Tenemos la posibilidad de reducir nuestra
contradicción si comenzamos a racionalizar que tan “globalizados” como
individuos podemos considerarnos, pero eso seria tan solo un paliativo, y es
exactamente lo que voy a hacer.
Personalmente, no me gusta el café, mucho menos el de
Starbucks, jamás como en McDonald’s, Burger King o sus derivados y casi no
tengo ropa de marca. Sin embargo, estoy dispuesto a darles $120 de mi dinero a
George Clooney y Sandra Bullock por ver Gravedad
en IMAX, me gusta ver deportes, me gusta ver la televisión, me gusta Indiana
Jones.
Mi punto es que me considero poco americanizado, sin embargo
considero que es prácticamente imposible que alguien en este planeta se
encuentre totalmente “des-americanizado”. Aun así, las criticas a la
globalización que Estados Unidos ejerce sobre el resto del mundo continúan
siendo escritas, grabadas y sobre todo, escuchadas. Si Michael Moore puede
criticar a su propio país mientras se refugia en la seguridad que este le
proporciona, nosotros seguramente nos podemos sentir a gusto con nuestra
supuesta hipocresía.
Desafortunadamente, este no es el único problema de ejercer
critica en tiempos posmodernos. El capitalismo no seria tan poderoso si no
fuera tan resistente y adaptable a sus detractores. Es precisamente la
genialidad de permitir la critica y la inconformidad mientras aun se puede
disfrutar de sus comodidades lo que hace al capitalismo tan atrayente y
poderoso. La flexibilidad de adoptar diferentes imágenes cambiar conforme la
moda, convertir prácticamente lo que sea en una moda, mientras sigue siendo una
fuerza de homogenización, es una de las armas mas útiles de los modos de
producción y consumo capitalista. El café de Starbucks ya no es una comodidad,
sino un articulo de moda, un ritual que engloba mas que la bebida, involucra
una imagen de romántico posmoderno, de intelectual social que esta por encima y
un paso adelante del resto, anunciando a través de Facebook que “odia las
grandes corporaciones, vivan los oprimidos” utilizando un iPad mientras
disfruta un café con leche de soya, porque es cruel molestar a las vacas.
Esto no significa que todas criticas caigan dentro de esta
categoría, ni que el capitalismo sea un tótem indestructible. Recordemos que si
el capitalismo existe, es porque nosotros así lo deseamos; le reclamamos
entretenimiento, comida y refugio. Nosotros somos el capitalismo, y como tal,
es susceptible a nuestros cambios de humor. Morgan Spurlock nos convenció que
McDonald’s es veneno, y seis semanas después anunciaron que eliminarían la
opción Super size y añadirían
ensaladas al menú. Michael Moore gana un Oscar a mejor documental por Bowling for Columbine, gracias a la opinión
publica y a pesar de las terribles criticas. Nosotros moldeamos al capitalismo
de acuerdo a como lo sintamos mas cómodo, sin renunciar a nuestro poder de
criticarlo y al mismo tiempo, sin sentirnos tan culpables de hacerlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario