En el
sentido de la hogarótica, Gubern hace referencia a cómo las nuevas tecnologías
modifican nuestras dinámicas sociales y también la forma de relacionarnos, volviéndose
incluso un obstáculo para la socialización y el establecimiento de relaciones
afectivas interpersonales que oscilan entre dicotomías tan marcadas como el uso
que se le da a la tecnología, positivo- negativo; los lugares sociofugos-sociopetos;
el espacio privado-público; el entorno artificial-natural; la tendencia a la introversión-
extroversión; el carácter de la información sensoafectiva- informativa; las
tendencias sociales claustrofílica- agorafóbica; privacidad-comunidad, la reclusión
hogareña-extroversión-pública; etc. Así, en la actualidad podemos percibir claramente la
sustitución que se lleva a cabo de lo colectivo por lo privado, hay una marcada
tendencia a la hiperindividualización de las prácticas sociales favorecidas por
las tecnologías “privadas” que nos dejan cada vez menos posibilidades de
interactuar y relacionarnos con el otro y surgen entonces como un factor de
desocialización. Tenemos, por ejemplo, a la industria del ocio, del
entretenimiento y de la diversión que está encaminada a pequeños grupos y no a
individuos, pero las nuevas tecnologías de la comunicación (tecnologías
culturales privatizadas) priman el uso privado y doméstico favoreciendo el
autismo y las prácticas claustrofílicas dejando poco a poco de lado las practicas
culturales comunitarias y nos alejan del
mundo exterior, a pesar de que el estado “robinsónico” no es el ideal de
nuestra especie, como individuos requerimos la proximidad física y emocional de
las personas, pero a pesar de esto, han surgido, cada vez con mayor auge las tendencias
individualistas “single” que por un lado se satanizan y por otro se favorecen, éstas
implican la autonomía y la autosuficiencia personal, se desarrollan en espacios
que cada vez se vuelven más personalizados y lo privado pasa a ocupar un primer
plano, sin necesidad de relacionarnos
con el otro ni de convivir con él. Así podemos percibir y reconocer la
ambivalencia de en las que se mueven las relaciones personales, que oscilan
entre la introversión y la extroversión cultural, dando lugar a la diversificación
entre lo público y lo privado mediante las revoluciones sociales y tecnológicas
que permiten una constante de sociabilidad y a la vez una lucha por los
espacios.
Respecto
a las estrategias del erotismo, se hace referencia a la trascendencia de la sexualidad en relación con
el erotismo y la tecnología. Hay una modificación de las prácticas sociales por
las tecnologías en lo público y lo privado que ha generado la sociedad de la
expectativa. En la lectura se hace un
recorrido por la evolución antropomórfica de la especie, la cual ha modificado nuestras
prácticas sociales y culturales que modifican a su vez nuestra sexualidad y las
practicas sexuales. Aunado a todo esto, se enmarca el gusto cultural a lo largo
de la historia por el cuerpo humano y sus formas lo que conlleva al surgimiento
de diversas prácticas como la pornografía y el erotismo, dos vertientes
diferenciales de la sexualidad.
El erotismo surge como una
invención moderna en la que interviene la matematización del cuerpo, en la que
se establecen ciertos estándares que se deben cumplir, características que debe
tener el cuerpo para ser considerado estético y erótico. La tecnologización del
cuerpo conlleva a una fragmentación del mismo, también la sexualidad se
tecnologiza y se regula por procesos socioculturales, dando surgimiento a una jerarquía
erótica de las partes del cuerpo que le da mayor relevancia a unas sobre otras,
se lleva a cabo también, una geografía corporal que define los signos y patrones
de belleza socialmente aceptables e ideales
Hay una sutil diferencia entre el
erotismo y la pornografía; el erotismo una insinuación en respuesta a la búsqueda de
interacción social, hay un enfoque visual que promueve la sugestión, lo
insinuante y sutil, busca la estimulación de todos los sentidos mientras que la
pornografía es cruda, directa, muy visual y explícita en la que la genitalización
es excesiva. Esto nos lleva a preguntarnos el por qué el acto sexual en sí es
tan incómodo para las sociedades, por qué es aún un tema tabú e incluso prohibido
y en dónde y por qué surge este estigma al sexo. La pornografía se encuentra en
la forma en la que vemos las cosas, en la mirada de las sociedades, este carácter
moral y personal que la cultura y la sociedad tienen y el significado e importancia
que le da a las cosas. El carácter moral de las sociedades cambia de grupo a
grupo social y éste no está en los objetos sino en las personas, es decir no
está en la representación del acto sexual sino en el cómo la sociedad lo ve. Estas prácticas nos hacen llevar
lo privado a lo público, y lo público a lo privado provocando que, dentro de nuestra
sociedad postindustrial, la sexualidad sea considerada como algo privado y ritualizado,
prohibido y lejano a lo público, por lo que cualquier alejamiento de esta
privatización genera expectativa y curiosidad que alimentan al vouyer que todos
llevamos dentro, satisfaciendo instintos inconfesables que escapan de la permisividad social por medio de estas nuevas
estrategias del erotismo.
Gubern, R. (2000): La hogarótica y las estrategias del erotismo
en El eros electrónico, Madrid, Santillana,
155-186.
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