La importancia que en la
actualidad tiene el estar conectados a la red y la información que se maneja en
ésta en nuestra sociedad y cultura, tiene gran impacto en nosotros así como un alcance
global. La red no ha llegado a ser un
medio del todo masivo como lo es la TV o la radio ya que para tener acceso a
ella se requiere que la persona sepa algo más que leer y escribir, “Computeracy”
lo que permite la comunicación mediada por la computadora. Los llamados “analfabetas
tecnológicos” tienen dificultad para tener acceso y manipular las nuevas
tecnologías puesto que es necesario
tener conocimiento acerca del funcionamiento de éstas, es uno de lo “requisitos”
que tienen que cumplir los conectados.
A pesar de que hay una
circulación global de la información, el acceso a ella no es para todos ya que
hay varios factores que intervienen para
que la disparidad esté claramente delineada ya sea espacialmente o
demográficamente, no todos tienen la misma posibilidad y facilidad para accesar
a esta información.
El estar o no conectado no solo
depende de la accesibilidad económica y de las condiciones de acceso, hay
personas que aún teniendo acceso a la
red, ya sea por temor o aversión a la tecnología (tecnofobia), optan por no tomar
parte de la conectividad, es ahí donde los conectados salen al “rescate” de los
no conectados y comienzan a tomar
partido por ellos, ya que su condición de no conectados crea la falsa idea de
ser, de cierta forma, vulnerables y los conectados que tienen la posibilidad de
saber que es lo que hay en la red se sienten en la libertad de “hablar por ellos”.
El estar conectados nos vuelve
parte de una nueva conformación, como lo dice Oguibe, nos vuelve parte de un
nuevo etnopaisaje: el ciberpaisaje en el que los individuos conectados y la
información que comparten, forman una nueva comunidad de la que claramente no
pueden formar parte los no conectados, quienes pueden actuar y participar de
sus espacios y entornos, pero son excluidos de aquellos en los que interviene
la red.
La red como infraestructura de
información global quizá sea el mecanismo más importante para el proceso de
globalización, ya que permite la circulación de culturas y de los productos de
éstas de una manera increíblemente fácil. El desafío al que nos enfrentamos es
el de conocer las estrategias tanto socio-políticas, culturales y tecnológicas
que consideren las implicaciones que tiene la conectividad, así como las
dimensiones éticas que implican el uso de la Red en temas como la privacidad, el uso y manipulación de datos, la
responsabilidad personal acerca del uso de la información, la regulación al acceso
a la información virtual y todas las demás cuestiones que con el tiempo se
derivarán de esta condición de estar “online”.
Oguibe, O. (2002): La conectividad y el destino de los no
conectados en Criterios, La Habana, 2006, 135-149.
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